Todo empezó con un cruce de puertas.
Yo pasaba por el taller de Verito y me detenía a contemplar sus piezas de cerámica.
Hechas a mano, en gres, con formas orgánicas y colores que parecían brotar del corazón de la tierra.
Ella, en cambio, se asomaba al mío, guiada por las fragancias que escapaban por debajo de la puerta.
Aroma y materia. Luz y barro. Dos lenguajes que, sin saberlo, ya se estaban buscando.
No tardamos en entenderlo: teníamos que crear algo juntas.
Así nació esta cápsula, fruto de dos oficios que se entrelazan.
Velas contenidas en piezas únicas, imperfectas como lo auténtico.
Hechas con intención, con alma, con huella.
🌹 Rosas y 🌿 Verbena fueron los aromas elegidos para habitar estos recipientes.
Fragrancias que susurran calma, belleza y fuerza sutil.
Y cuando la última gota de cera se evapore… que esa pieza siga viva.
Como alhajero, azucarera o…
simplemente, que vuelva a nosotras, para renacer en fuego, aroma y amor.
Porque no es solo una vela.
Es un encuentro. Una historia.
Un objeto que quiere quedarse en tu vida.
